Resumen
No existe una prueba única para detectar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). El diagnóstico requiere varios pasos e implica recopilar información de múltiples fuentes. Usted, su hijo, el personal de la escuela de su hijo y otros cuidadores deben observar a su hijo. Siga leyendo para obtener información de la American Academy of Pediatrics (Academia Estadounidense de Pediatría, AAP) sobre el diagnóstico del TDAH.
¿Cómo se diagnostica el TDAH?
El médico de su hijo pequeño o adolescente determinará si tiene TDAH siguiendo las pautas estándares desarrolladas por la American Academy of Pediatrics (Academia Estadounidense de Pediatría, AAP) específicamente para niños, adolescentes y adultos jóvenes de 4 a 18 años de edad.
Es difícil diagnosticar el TDAH en niños menores de 4 años. Esto se debe a que los niños más pequeños cambian muy rápidamente. También es más difícil diagnosticar el TDAH una vez que el niño se convierte en adolescente.
Los niños con TDAH muestran signos de falta de atención, hiperactividad y/o impulsividad de maneras específicas. El médico de su hijo analizará las acciones de su hijo en comparación con las de otros niños de su edad, basándose en la información que tengan usted, el maestro y cualquier otro cuidador que pase tiempo con su hijo (por ejemplo, entrenadores, abuelos o trabajadores de cuidado infantil).
Estas son las pautas que se utilizan para confirmar un diagnóstico de TDAH.
- Algunos síntomas se presentan en dos o más entornos, como la casa, la escuela y las situaciones sociales, y causan algún tipo de dificultad.
- En un niño o adolescente de 4 a 17 años, se deben identificar 6 o más síntomas.
- En un adolescente o un adulto joven de 17 años o más, se deben identificar 5 o más síntomas.
- Los síntomas afectan significativamente la capacidad de su hijo para realizar algunas actividades diarias, por ejemplo, las tareas escolares, mantener las relaciones con los padres y los hermanos, entablar relaciones con amigos o funcionar en grupos tales como los equipos deportivos.
El médico de su hijo realizará un examen físico y neurológico. Se necesitará una historia clínica completa para contextualizar la acción de su hijo y detectar otras afecciones que puedan afectar la conducta. El médico de su hijo también hablará con su hijo sobre cómo actúa y cómo se siente.
El médico de su hijo puede remitirlo a un subespecialista pediátrico o a profesionales de la salud mental si tiene dudas sobre:
- Discapacidad intelectual (anteriormente llamada retraso mental)
- Trastornos del desarrollo, como en el habla, la coordinación o el aprendizaje
- Enfermedad crónica que se trata con un medicamento que podría interferir con el aprendizaje
- Problemas para ver y/u oír
- Antecedentes de maltrato
- Ansiedad grave o depresión grave
- Agresión grave
- Posible trastorno convulsivo
- Posible trastorno del sueño
¿Cómo pueden ayudar los padres con el diagnóstico?
Como padre o madre, usted proporcionará información crucial sobre las acciones de su hijo y cómo afectan la vida en el hogar, la escuela y otros entornos sociales. El médico de su hijo querrá saber qué síntomas presenta su hijo, durante cuánto tiempo los ha tenido y cómo lo afectan y afectan a su familia. Es probable que le pidan que complete listas de verificación o escalas de puntuación sobre las acciones de su hijo.
Además, al compartir sus antecedentes familiares puede ofrecer pistas importantes sobre el comportamiento de su hijo.
¿Cómo participará la escuela de mi hijo?
Para obtener un diagnóstico preciso, el médico de su hijo necesitará obtener información sobre su hijo directamente de su maestro o de otro profesional de la escuela. Los niños de al menos 4 años de edad pasan muchas de sus horas activas en el preescolar o la escuela. Los maestros brindan información valiosa. El maestro de su hijo podría escribir un informe o hablar sobre los siguientes temas con el médico de su hijo:
- Las acciones de su hijo en el aula
- Los patrones de aprendizaje de su hijo
- Durante cuánto tiempo los síntomas han sido un problema
- Cómo afectan los síntomas al progreso de su hijo en la escuela
- Formas en que se está adaptando el programa del aula para ayudar a su hijo
- Si otras afecciones podrían estar afectando los síntomas
- Si hay evaluaciones y ayuda que la escuela pueda brindar
Además, es posible que el médico de su hijo quiera ver informes de calificaciones, pruebas estandarizadas y muestras del trabajo escolar de su hijo.
¿Cómo participarán las demás personas que cuidan a mi hijo?
Otros cuidadores también pueden proporcionar información importante sobre las acciones de su hijo. Los maestros anteriores, líderes religiosos y de grupos de exploradores, abuelos o entrenadores pueden aportar información valiosa. Si está educando a su hijo en casa, evaluar sus acciones en entornos fuera del hogar tiene importancia particular.
Es posible que su hijo no se comporte de la misma manera en casa que en otros entornos. La información directa sobre la forma en que su hijo actúa en más de un entorno es un requisito para hacer un diagnóstico. Es importante considerar otras posibles causas de los síntomas de su hijo en estos entornos.
En algunos casos, es posible que otros profesionales de la salud mental, como psicólogos infantiles o psiquiatras, también necesiten participar en la recopilación de información para el diagnóstico.
¿Existen otras pruebas para detectar el TDAH?
Es posible que haya escuchado teorías sobre otras pruebas para detectar el TDAH. No hay otras pruebas diagnósticas comprobadas en este momento.
Se han presentado muchas teorías, pero los estudios han demostrado que las siguientes evaluaciones aportan poco valor al diagnóstico del trastorno:
- Detección de problemas tiroideos
- Pruebas de rendimiento continuo computarizadas
- Estudios de imágenes cerebrales, como tomografía computarizada (TC) y resonancia magnética (IRM)
- Electroencefalografía (EEG) o prueba de ondas cerebrales
Si bien estas evaluaciones no ayudan a diagnosticar el TDAH, es posible que el médico de su hijo observe otros signos o síntomas en su hijo que justifiquen la realización de pruebas adicionales.
¿Qué son las afecciones coexistentes?
Como parte del diagnóstico, el médico de su hijo buscará otras afecciones que causen los mismos tipos de síntomas que el TDAH. Es posible que su hijo simplemente tenga una afección diferente o un TDAH combinado con otra afección (una afección coexistente). La mayoría de los niños con un diagnóstico de TDAH tienen al menos una afección adicional.
Las afecciones coexistentes comunes incluyen:
Dificultades de aprendizaje
Dificultades de aprendizaje: las discapacidades de aprendizaje son afecciones que dificultan que un niño domine habilidades específicas, como la lectura o las matemáticas. El TDAH no es una discapacidad de aprendizaje en sí misma. Sin embargo, el TDAH puede dificultar que un niño aprenda y le vaya bien en la escuela. El diagnóstico de las discapacidades de aprendizaje requiere la realización de evaluaciones, como pruebas de cociente intelectual (CI) y de rendimiento académico, además de intervenciones educativas. Por lo general, la escuela podrá evaluar si su hijo tiene una discapacidad de aprendizaje y cuáles son sus necesidades educativas.
DeleteTrastorno oposicionista desafiante o trastorno de la conducta
Hasta un 35 % de los niños con TDAH pueden tener acciones impropias debido a un trastorno oposicionista desafiante o de conducta.- Los niños con trastorno oposicionista desafiante tienden a alterarse con facilidad y a molestar a las personas a propósito, y pueden mostrarse desafiantes y hostiles ante las autoridades.
- Los niños con trastornos de conducta pueden infringir las reglas, destruir bienes, ser suspendidos o expulsados de la escuela, violar los derechos de otras personas, o mostrar crueldad hacia otros niños o animales.
- Los niños con un trastorno de conducta coexistente corren un mayor riesgo de tener problemas con la ley o de abuso de sustancias que los niños que solo tienen TDAH. Los estudios muestran que este tipo de afección coexistente es más común entre los niños con el tipo combinado de TDAH.
Trastornos de ansiedad
Alrededor del 25 % de los niños con TDAH también tienen trastornos de ansiedad. Los niños con trastornos de ansiedad tienen sentimientos extremos de miedo, preocupación o pánico que dificultan su funcionamiento. Estos trastornos pueden producir síntomas físicos tales como pulso acelerado, sudoración, diarrea y náuseas. Es posible que se necesite asesoramiento y/o diferentes medicamentos para tratar estas afecciones coexistentes.
DeleteTrastornos del estado de ánimo, incluida la depresión
Alrededor del 18 % de los niños con TDAH también tienen trastornos del estado de ánimo, generalmente depresión y, con menos frecuencia, trastorno bipolar (anteriormente denominado trastorno maníaco depresivo). Es posible que haya antecedentes familiares de estas afecciones. Los trastornos del estado de ánimo coexistentes pueden hacer que los niños y los adolescentes corran un mayor riesgo de autolesionarse o suicidarse, especialmente durante la adolescencia. Estos trastornos son más comunes entre los niños con TDAH con falta de atención o con un tipo combinado de TDAH. Los niños con trastornos del estado de ánimo o depresión a menudo requieren intervenciones adicionales o un tipo de medicamento diferente de los que se usan normalmente para tratar el TDAH.
DeleteTrastornos del lenguaje
Los niños con TDAH pueden tener dificultades para usar el lenguaje. Esto se conoce como trastorno del lenguaje pragmático. Es posible que no sea evidente en las pruebas de idioma estándar. Un médico especialista del habla y del lenguaje puede detectarlo al observar cómo usa un niño el lenguaje en sus actividades cotidianas.
DeleteVisite HealthyChildren.org para obtener más información.
Adaptado del folleto educativo para pacientes de la American Academy of Pediatrics (Academia Estadounidense de Pediatría, AAP), Understanding ADHD: Information for Parents About Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder (Entender el TDAH: información para los padres sobre el trastorno por déficit de atención e hiperactividad). La información se aplica a todos los sexos y géneros; sin embargo, para facilitar la lectura, en esta publicación se utilizan pronombres como "él".
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