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    La salud mental de su hijo

    Updated at March 30th, 2023

    Descargo de responsabilidadeste material es solo para fines educativos. Usted, el lector, asume la responsabilidad completa sobre el uso que decida darle. No tiene el fin de proporcionar asesoramiento médico, diagnóstico o tratamiento. Tampoco reemplaza el consejo o las recomendaciones de un médico o un profesional de la salud. La mención de un producto o servicio comercial específico no implica la aprobación o recomendación de ese producto o servicio por parte de CPCMG.

    Resumen

    ¿Ha notado un cambio reciente en el comportamiento de su hijo? ¿Tiene problemas para llevarse bien con sus amigos? ¿Está reprobando la escuela? ¿Este nuevo comportamiento está afectando a su familia?

    Si está preocupado, recuerde que el médico de su hijo puede ayudarlo. También puede sugerirle que su hijo consulte a un especialista en salud mental o conductual. Los especialistas incluyen psiquiatras infantiles, psicólogos, trabajadores sociales clínicos, consejeros o especialistas pediátricos en desarrollo y comportamiento. Es posible que puedan ayudar con la evaluación, las pruebas o el tratamiento. El tratamiento incluye asesoramiento, educación o receta de medicamentos. (En este folleto, el término especialista se utilizará para referirse a los médicos y otros profesionales de la salud).

    Siga leyendo para obtener información sobre las fuentes de ayuda, los factores de riesgo, los tipos de especialistas en salud mental y conductual, las formas de hablar con su hijo y los problemas relacionados con el seguro y los pagos. Esto puede dar como resultado menos estrés y mayor felicidad para usted, su hijo y su familia.

    Cuándo buscar ayuda

    Informe al médico de su hijo si su hijo presenta uno o más de los siguientes signos o síntomas:

    • Desarrollo del lenguaje deficiente o retrasado
    • Problemas para escuchar o comportarse
    • Problemas para estarse quieto (hiperactividad)
    • Problemas para concentrarse
    • Problemas con amigos y otros niños
    • Está muy malhumorado (parece estar siempre triste, irritable o de mal humor)
    • Problemas para dormir (no puede dormir bien o duerme demasiado)
    • Trastorno de la alimentación (come demasiado o muy poco)
    • Se preocupa mucho o parece tener miedo con frecuencia
    • Es muy tímido y evita a las personas
    • Puede enojarse mucho y ponerse muy violento
    • Parece tenerle miedo a la escuela
    • Piensa en el suicidio
    • Usa alcohol o drogas
    • Hace cosas a propósito para meterse en problemas
    • Cambio repentino en el comportamiento
    • Descenso repentino de las calificaciones
    • Pérdida de interés en las actividades habituales

    ¿Quién está en riesgo?

    En los Estados Unidos, 1 de cada 10 niños y adolescentes tiene problemas emocionales y conductuales graves. Muchos otros tienen síntomas que pueden desembocar en problemas más graves si no se tratan.

    Casi siempre, los problemas mentales o conductuales de un niño no son culpa de nadie. Sin embargo, ciertas situaciones pueden aumentar el riesgo de que un niño tenga estos problemas, como las siguientes:

    • Estrés familiar, como una mudanza, la pérdida del empleo, el nacimiento de un bebé o la ausencia prolongada de un ser querido
    • Enfermedad o afección médica crónica (prolongada) del niño u otro miembro de la familia
    • Duelo y pérdida causados por la muerte, la separación de los padres o el divorcio
    • Nuevos matrimonios y padrastros/madrastras
    • Abuso físico o sexual, dentro o fuera de la familia
    • Hogares de acogida
    • Problemas con las tareas escolares
    • Mucha presión de grupo
    • Problemas con el alcohol o las drogas en la familia

    Dónde obtener ayuda

    El médico de su hijo puede ayudarle a elegir el mejor tipo de atención para su hijo. También son importantes la participación y el apoyo de toda la familia.

    Hay muchos tipos de especialistas disponibles para ayudar a los niños y a sus familias con problemas mentales y conductuales. Con su permiso, el médico de su hijo puede coordinar la atención para asegurarse de que se satisfagan las necesidades de su hijo y su familia. Es importante que haya una comunicación clara entre todas las personas que participan en la atención médica de su hijo.

    Entre los especialistas en salud mental y conductual se incluyen los siguientes (Nota: Los requisitos de licencia y práctica profesional pueden variar de un estado a otro):

    • Los psiquiatras de niños y adolescentes son médicos capacitados para diagnosticar y brindar una gama completa de tratamientos para problemas emocionales y conductuales, así como para trastornos psiquiátricos. Pueden recetar medicamentos, si es necesario. Los psiquiatras de niños y adolescentes también tienen capacitación adicional en el tratamiento de niños, adolescentes y familias.
    • Los psicólogos clínicos son especialistas con licencia a nivel de doctorado (PhD) capacitados para diagnosticar y realizar pruebas psicológicas. Están capacitados para tratar problemas de aprendizaje, conductuales y emocionales, como la depresión, la ansiedad y los trastornos de la conducta, y los problemas de adaptación relacionados con problemas médicos. Algunos tienen experiencia en la atención de niños y adolescentes.
    • Los psicólogos a nivel de maestría o los consejeros de salud mental son especialistas a nivel de maestría capacitados para realizar pruebas psicológicas. También asesoran a individuos y familias. En algunos estados, pueden tener una licencia independiente para trabajar y se les conoce como psicólogos. En otros estados, solo pueden trabajar bajo la supervisión de un psicólogo o psiquiatra con licencia a nivel de doctorado.
    • Los psicólogos escolares son especialistas a nivel de doctorado o maestría que trabajan con niños en la escuela. Evalúan y aconsejan a los niños con problemas de aprendizaje, emocionales y de comportamiento.
    • Los trabajadores sociales clínicos con licencia son especialistas con una maestría o un doctorado que se especializan en el diagnóstico y el tratamiento de problemas de salud mental y conductual. También asesoran a los niños y las familias. Los trabajadores sociales clínicos con licencia ayudan a las familias a lidiar con enfermedades y discapacidades físicas, mentales o emocionales. Pueden enseñar habilidades de resolución de problemas y superación.
    • Los pediatras del desarrollo y la conducta están capacitados para ayudar a los niños con problemas de desarrollo, aprendizaje, emociones y comportamiento. Ayudan a los niños y las familias a manejar los problemas relacionados con una enfermedad o discapacidad infantil. Los pediatras especializados en el desarrollo y el comportamiento pueden recetar medicamentos si es necesario y, por lo general, trabajan con otros médicos y consejeros para satisfacer las necesidades de las familias.
    • Los especialistas en medicina para adolescentes son médicos con capacitación adicional en la atención de los adolescentes y sus familias. Ayudan a los adolescentes y a las familias con problemas comunes de la adolescencia, como los trastornos de la alimentación, el consumo de alcohol y drogas, la depresión, la ansiedad y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
    • Los neurólogos infantiles son médicos con licencia capacitados para diagnosticar y tratar a niños con problemas del sistema nervioso. Ayudan a determinar si un niño tiene una afección cerebral que afecte el aprendizaje y el comportamiento, y cuál es el mejor tratamiento. Los neurólogos infantiles pueden recetar medicamentos y tienen experiencia en hacerlo para tratar afecciones cerebrales y problemas de conducta.
    • El personal de enfermería profesional con capacitación psiquiátrica avanzada cuenta con práctica avanzada y especializada en el diagnóstico y el tratamiento de problemas relacionados con los sentimientos y el comportamiento. Por lo general, trabajan con un psiquiatra. Los enfermeros profesionales especializados pueden evaluar a su hijo, recetarle medicamentos si es necesario y proporcionarle una gama completa de tratamientos para los problemas mentales y conductuales.
    • Los especialistas en abuso de alcohol y drogas están capacitados para evaluar y tratar los problemas de abuso de alcohol y drogas en niños, adolescentes y familias. Puede tratarse de médicos, psicólogos, trabajadores sociales o consejeros con un interés especial y capacitación en adicciones.
    • Otros profesionales de la salud mental son los consejeros, el personal de enfermería con capacitación especializada y los terapeutas familiares que tienen experiencia en ayudar a niños y adolescentes con problemas de salud mental. También pueden ayudar a las familias a brindar apoyo y cuidado a sus hijos.
    • Entre los recursos comunitarios de salud mental se incluyen profesionales de salud mental y servicios que se ofrecen a través de los departamentos de salud, los programas públicos de salud mental, las organizaciones religiosas, las agencias de asesoramiento sin fines de lucro, las universidades y los centros médicos.
    • Las organizaciones familiares y los grupos de apoyo son organizaciones locales y nacionales que ofrecen una variedad de recursos que incluyen folletos, libros o información publicada en Internet; conferencias y oradores públicos; y grupos de apoyo y defensoría.

    Cómo hablar con su hijo sobre la terapia

    Es posible que su hijo no quiera ver a otro médico o consejero. Puede sentirse temeroso, avergonzado o a la defensiva ante sus problemas ("¡No es mi culpa!"; "No estoy loco, ¿verdad?").

    Es importante que hable con su hijo antes de su primera consulta con un nuevo médico o a un especialista en salud mental o conductual. Si el médico de su hijo ha hecho la derivación, hable con su hijo al respecto en el consultorio del médico o en su casa más adelante. La cantidad de información que su hijo necesite y cuándo la comparta dependerá de su edad y nivel de madurez. Un niño más pequeño solo necesitará un poco de información, 1 a 2 días antes de la primera consulta, para reducir el "tiempo de preocupación".

    Es posible que su hijo adolescente necesite más información. Infórmele que usted está al tanto de sus problemas. Dígale también que la terapia le facilitará la vida. Por ejemplo, se llevará mejor con sus amigos y compañeros de clase y experimentará menos estrés, miedo y otros síntomas.  Asegúrese de que sepa que el médico o el consejero entienden lo importante que es su privacidad y que hablarán sobre ello en la primera consulta.

    Es importante que su hijo no sienta que el problema es solo suyo o que es su culpa. Dígale que toda la familia lo apoyará y lo ayudará a recuperarse. A veces, el asesoramiento puede y debe comenzar con toda la familia, no solo con el niño. Esto puede ser especialmente útil si su hijo se resiste. En cualquier caso, por lo general es mejor hablar de la consulta como algo que va a suceder; si le preguntas si le gustaría ir, es posible que sienta que tiene la oportunidad de negarse a ir.

    Dígale a su hijo que buscar ayuda es una gran señal de fortaleza; significa que merece sentirse mejor. Dígale que los profesionales de la salud mental y conductual no resuelven problemas, sino que aprovechan los puntos fuertes de las personas y las capacitan para manejar sus propios problemas.

    Si el médico recomienda un medicamento...

    Los medicamentos, si son necesarios, deben formar parte de un plan de tratamiento que incluya educación y asesoramiento para los niños y sus padres. Los niños que toman medicamentos deben consultar con el médico con frecuencia para asegurarse de que el tratamiento esté funcionando. Hable siempre con el médico y los especialistas de su hijo sobre los riesgos y beneficios de cualquier tratamiento.

    ¿Cuánto pagará su seguro?

    Es importante que sepa exactamente cuánto pagará su compañía de seguros. Su plan de seguro puede ofrecer una cobertura limitada para los servicios de salud mental. Puede ser útil hacerle a su compañía de seguros las siguientes preguntas:

    • ¿Necesito una derivación formal del médico de mi hijo para que el costo de la consulta esté cubierto? ¿O necesito la aprobación mediante un proceso independiente específico para servicios de salud mental?
    • ¿Tengo que elegir un médico o un consejero de una lista aprobada? ¿La lista incluye profesionales con experiencia en niños y sus familias?
    • ¿Qué no está cubierto?
    • ¿Existe un límite anual o vitalicio para la cobertura de salud mental? Si es así, ¿cuál es?
    • ¿Exactamente qué cantidad del costo de los servicios de salud mental tendré que pagar?

    Cómo tratar con las compañías de seguros

    Cuando hable con una compañía de seguros o les escriba, tenga en cuenta estos 5 puntos.

    1. No tenga miedo de hacer preguntas.
    2. Lleve un buen registro de las comunicaciones, incluyendo con quién habló y en qué día y hora.
    3. Sea educado.
    4. Sea paciente.
    5. Sea persistente.

    ¿Qué otros recursos hay?

    El médico de su hijo podría sugerirle otros recursos si no tiene seguro médico, si su plan de atención médica no cubre la atención de salud mental o si su plan de atención médica no ofrece suficiente cobertura de salud mental para satisfacer las necesidades de su familia.

    En algunas comunidades, los centros de salud mental o las agencias de servicios familiares cobran en función de lo que usted pueda pagar. Medicaid y el Programa Estatal de Seguro Médico para Niños (SCHIP, por sus siglas en inglés), programas financiados con fondos públicos para cubrir los costos médicos de los niños de bajos ingresos, también cubren algunos costos de salud mental. En algunos estados y para algunos diagnósticos, estos u otros fondos pueden estar disponibles para servicios de salud mental no cubiertos por su seguro médico, incluso si tiene un seguro privado.

    Si tiene problemas para obtener o llenar una solicitud de Medicaid o SCHIP, pida ayuda al consultorio de su médico. Para obtener más información sobre Medicaid o SCHIP, póngase en contacto con los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid al 877/267-2323 o www.cms.hhs.gov.

    Las organizaciones de autoayuda también pueden ofrecer asesoramiento y apoyo a los niños y sus familias. Estas organizaciones operan centros sin cita previa y patrocinan reuniones para discusiones grupales sobre temas específicos, como el abuso de alcohol o drogas, o los problemas de atención y aprendizaje. La escuela de su hijo puede contar con consejeros vocacionales y otros especialistas con capacitación en evaluación y tratamiento de la salud conductual. El clero también puede brindar ayuda. Es importante hablar sobre cada una de estas opciones con el médico de su hijo.

    ¿Qué hay de la privacidad?

    La ley protege su privacidad en relación con la salud mental, pero permite que su médico comparta información con otros profesionales que participan en el tratamiento de su hijo y de su familia.

    En algunos casos, tendrá que firmar formularios especiales que autoricen la divulgación de información. Esto puede incluir registros de antecedentes médicos, familiares, escolares y sociales. Puede decidir si desea dar esta información.

    A cierta edad (que varía según el estado), su hijo puede dar su consentimiento legal o negarse a recibir cuidados. El médico de su hijo puede ayudar a explicar estas leyes y cómo afectan a su hijo y a su familia.

    Recuerde que

    Los padres y los médicos del niño desempeñan un papel importante en la atención de la salud mental del niño.

    Es común que los padres y las familias sientan que los problemas de sus hijos son su culpa. Muchas personas también sienten miedo o vergüenza cuando un niño necesita recibir tratamiento de salud mental. Si bien estos sentimientos son normales, es importante que no se culpe por los problemas de su hijo. El médico de su hijo, junto con uno o más especialistas en salud mental o conductual, pueden ayudarlo a comprender mejor el comportamiento de su hijo. Pueden orientarlos a usted y a otros miembros de su familia para ayudarlos en el proceso de sanación.

    Si está separado o divorciado, es importante establecer un plan para incluir al otro padre en la evaluación y el tratamiento de su hijo. El médico de su hijo lo ayudará a decidir si la mejor forma de conseguirlo es programar las consultas juntas o por separado, compartir informes o hacer llamadas telefónicas.

    Es importante que continúe hablando con el médico de su hijo y con el especialista que atiende a su hijo.


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