Problemas de sueño en los niños

    Updated at March 31st, 2022

    Es probable que los niños se despierten o que no duerman bien durante la noche, por distintos motivos. Aquí se incluye información de la American Academy of Pediatrics sobre los problemas de sueño comunes y cómo pueden los padres ayudar a sus hijos a desarrollar buenos hábitos de sueño. Entre los problemas de sueño comunes se incluyen pesadillas, terrores nocturnos, sonambulismo, hablar dormido y mojar la cama.

    Tenga en cuenta que todos los niños difieren en la cantidad de sueño que necesitan, el tiempo que les lleva dormirse y la facilidad con la que se despiertan. Si tiene preguntas sobre los hábitos de sueño de su hijo, hable con el médico del niño.

    Pesadillas

    Las pesadillas son sueños atemorizantes que a menudo ocurren en la segunda mitad de la noche cuando los sueños son más intensos. Los niños pueden despertarse llorando o con miedo y pueden tener problemas para volver a dormirse.

    Lo que puede hacer

    • Vaya con su hijo lo más rápido posible.
    • Asegúrele que usted está ahí y no dejará que nada le suceda.
    • Anímelo a que le cuente lo que sucedía en el sueño. Recuérdele que los sueños no son reales.
    • Permítale dejar una luz prendida si hace que se sienta mejor.
    • Una vez que su hijo esté listo, anímelo a volver a dormirse.
    • Vea si hay algo que esté asustando a su hijo, como sombras. Si es así, asegúrese de quitarlo.

    Terrores nocturnos

    Los terrores nocturnos ocurren más a menudo en los niños pequeños y los niños en edad preescolar, y se producen durante las etapas más profundas de sueño. El sueño más profundo generalmente se da al comienzo de la noche, a menudo antes de la hora de dormir de los padres. Durante un terror nocturno, es posible que su hijo:

    • Llore descontroladamente.
    • Transpire, tiemble o respire rápidamente.
    • Tenga una mirada aterrorizada, confundida o vidriosa.
    • Se mueva agitadamente, grite, patee o mire fijamente.
    • No lo reconozca o no se dé cuenta de que usted está allí.
    • Intente empujarlo, especialmente si intenta abrazarlo.

    Si bien los terrores nocturnos pueden durar tanto como 45 minutos, la mayoría son mucho más cortos. La mayoría de los niños vuelven a dormirse después de un terror nocturno porque, en realidad, no han estado despiertos. A diferencia de las pesadillas, los niños no recordarán los terrores nocturnos.

    Lo que puede hacer

    • Mantenga la calma. Los niños no son conscientes de haber tenido un terror nocturno porque están dormidos, por lo que no se ven afectados ellos, solo se ven afectados los padres.
    • Asegúrese de que su hijo no se haga daño. Si intenta salir de la cama, impídaselo con suavidad.
    • Recuerde, después de un breve período es probable que su hijo se relaje y se vuelva a dormir tranquilamente. Si su hijo tiene terrores nocturnos, asegúrese de explicar a las niñeras qué son y qué deben hacer. Si los terrores nocturnos continúan, hable con el médico del niño.

    Sonambulismo y hablar dormido

    Al igual que los terrores nocturnos, el sonambulismo y hablar dormido son cosas que ocurren cuando los niños están profundamente dormidos. Durante un episodio de sonambulismo, es probable que los niños tengan la mirada perdida. Probablemente no respondan a las personas y puede ser muy difícil despertarlos. La mayoría de los sonámbulos vuelven a la cama solos y no recuerdan haberse levantado. El sonambulismo tiende a ser hereditario. También puede ocurrir varias veces en una noche en niños más grandes y adolescentes.

    Lo que puede hacer

    • Asegúrese de que su hijo no se haga daño mientras camina sonámbulo. Quite de la habitación cosas con las que su hijo podría tropezarse o caerse.
    • Trabe las puertas exteriores para que su hijo no pueda salir de la casa.
    • Bloquee las escaleras para que no pueda subir ni bajar.
    • No intente despertar al niño durante un episodio de sonambulismo o mientras esté hablando dormido. Llévelo con cuidado a la cama y probablemente se calmará solo.

    Enuresis nocturna

    El problema de mojar la cama de noche (también llamado enuresis nocturna) afecta a 5 millones de niños en Estados Unidos. Si bien a la mayoría de los niños se les enseña a ir al baño entre los 2 y los 4 años de edad, es posible que algunos no puedan mantenerse secos durante la noche hasta que son mayores. Los niños se desarrollan a su propio ritmo. Por ejemplo, hay estudios que demuestran que el 15 % de los niños de entre 5 y 7 años moja la cama. Para cuando tienen 15 años, menos del 1 % moja la cama.

    Lo que puede hacer

    • No culpe a su hijo. Recuerde que no es culpa del niño.
    • Ofrezca apoyo, no castigos, en las noches que se moje. Hágale saber a su hijo que mojar la cama no es su culpa y que la mayoría de los niños superan la enuresis.
    • Establezca una regla familiar de no burlarse.
    • Permita que su hijo ayude. Anime a su hijo a ayudar a cambiar las sábanas y fundas mojadas. Esto le enseña a ser responsable. También puede ayudar a que su hijo no se sienta avergonzado si el resto de la familia se entera. Sin embargo, si su hijo ve esto como un castigo, no es recomendable.
    • Los padres pueden intentar llevar a los niños al baño cada 1 o 2 horas después de irse a dormir, o alentarlos a beber menos líquido por las tardes/noches. No obstante, tenga en cuenta que el niño igual puede mojar la cama aunque orine antes de acostarse y beba muy poco líquido por las tardes/noches, porque los riñones siguen produciendo orina.
    • Si le preocupa que su hijo moje la cama, hable con el médico de su hijo. Existen tratamientos disponibles.

    Más información

    American Academy of Pediatrics

    www.aap.org y www.HealthyChildren.org

    Disclaimer

    Adapted from the American Academy of Pediatrics (AAP) brochure Sleep Problems in Children.

    La AAP es una organización formada por 67.000 pediatras generales, especialistas pediátricos y especialistas en cirugía pediátrica dedicados a la salud, la seguridad y el bienestar de todos los bebés, niños, adolescentes y adultos jóvenes.

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    La información que se incluye en esta publicación no se debe usar como reemplazo de la asistencia médica y los consejos de su pediatra. Puede que haya variaciones en el tratamiento que le recomiende su pediatra basándose en los hechos y circunstancias individuales.

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