Las alergias a los alimentos y su hijo

    Updated at March 29th, 2022

    Una alergia a determinado alimento ocurre cuando el cuerpo reacciona contra proteínas no dañinas que se hallan en ese alimento. La reacción suele ocurrir al poco rato de que se ingiere el alimento. Estas reacciones pueden variar de leves a severas.

    Como existen muchas condiciones y cosas que pueden confundirse con alergias a alimentos, es importante que los padres conozcan las diferencias. La siguiente información de la Academia Americana de Pediatría habla sobre las alergias a alimentos, cómo reconocerlas y cómo tratar sus síntomas. También se incluye información importante acerca de cómo hacer que su hijo esté seguro y saludable en la escuela y en la casa si tiene una alergia de este tipo.

    ¿Quiénes sufren de alergias a los alimentos?

    Una alergia a los alimentos puede ocurrir a cualquier edad pero se da con mayor frecuencia en los bebés y niños menores de seis años. Se estima que uno de cada 20 a 25 niños tiene una alergia a alimentos. Éstas se dan mayormente en pequeños que sufren de otro tipo de alergia o que tienen familiares con alergias.

    ¿Cuáles son los síntomas de una alergia a alimentos?

    Cuando el sistema inmune del organismo reacciona exageradamente a ciertos alimentos, se presentan los siguientes síntomas:

    • Problemas en la piel
      • - Urticaria (manchas rojizas en la piel que asemejan picaduras de mosquito)
      • - Lesiones rojizas que provocan picazón (eczema, también llamado dermatitis atópica)
      • - Hinchazón
    • Problemas de respiración
      • - Estornudos
      • - Sibilancias
      • - Estrechez de garganta
    • Síntomas estomacales
      • - Náusea
      • - Vómitos
      • - Diarrea
    • Síntomas circulatorios
      • - Palidez de piel
      • - Sensación de cabeza ligera
      • - Pérdida de conocimiento

    Si varias áreas del cuerpo están afectadas, la reacción puede ser severa o hasta poner en peligro la vida del niño. Este tipo de reacción alérgica se conoce como anafilaxis y requiere de atención médica inmediata.

    ¿Qué  no es una alergia a alimentos?

    La comida puede ser responsable de muchas enfermedades que a veces se confunden con una alergia a alimentos. Las siguientes no son alergias a alimentos:

    • Intoxicación por alimentos: Puede causar diarrea o vómitos, pero usualmente se debe a bacterias de la comida en mal estado o que no está debidamente cocida.
    • Efectos de drogas: Ciertos ingredientes como la cafeína de las bebidas gaseosas o caramelos, puede provocar temblores o inquietud en su hijo.
    • Irritación de la piel:  Ésta se debe por lo común a ácidos que se encuentran en comidas tales como el jugo de naranja o productos del tomate.
    • Diarrea:  Ésta puede ocurrir en niños pequeños que consumen demasiada azúcar, como la que viene en los jugos de frutas.

    Algunas enfermedades relacionadas con los alimentos se conocen como intolerancias o sensibilidad a los alimentos, más que a una alergia en sí, debido a que el sistema inmunológico no es el causante del problema. La intolerancia a la lactosa es un ejemplo de una intolerancia a alimentos que usualmente se confunde con una alergia a alimentos. La intolerancia a la lactosa ocurre cuando una persona tiene dificultad para digerir el azúcar de la leche, llamada lactosa, lo que le provoca dolores estomacales, hinchazón abdominal y evacuaciones sueltas.

    A veces las reacciones a los químicos añadidos a los alimentos como colorantes o preservativos se confunden con alergias a alimentos. Sin embargo, mientras que algunas personas pueden ser muy sensibles a ciertos aditivos en los alimentos, es raro que sean alérgicas a los mismos.

    ¿Qué comidas provocan alergias?

    Cualquier comida puede provocar una alergia, pero los siguientes alimentos son los que tienden a provocar más alergias:

    • Leche de vaca
    • Huevos
    • Cacahuates (maní)
    • Soya
    • Trigo
    • Almendras de los árboles (como nueces, pistacho, pecanas y cashews o anacardos)
    • Pescado (como el atún, salmón, bacalao)
    • Mariscos (tales como camarones, langosta)

    Los cacahuates, nueces y mariscos son la causa más común de reacciones severas. También se pueden presentar alergias debido a otras comidas como carnes, frutas, vegetales, granos y semillas como el ajonjolí.

    Las alergias a alimentos pueden causar confusión. Cuando un niño es alérgico a un tipo de alimento, tal como los cacahuates o maní (que es un tipo de fríjol), surgirá la duda de si también lo sea a otro tipo de fríjol, como la soya o las judías verdes. Sin embargo, esto no siempre ocurre. La mayoría de niños alérgicos al maní toleran muy bien otro tipo de frijoles. En cambio, los niños alérgicos a la leche de vaca también lo son a la leche de cabra, y los niños alérgicos a un tipo de marisco, como el camarón, puede que también lo sean a otros como el cangrejo y la langosta.

    ¿Cómo se diagnostica una alergia a alimentos?

    Si usted cree que su hijo tiene una alergia a alimentos, consulte con su pediatra. Éste vigilará de cerca los síntomas de su hijo y su relación con las comidas. A veces la conexión es obvia. Por ejemplo, si el niño tiene urticaria e hinchazón de los labios después de comer nueces, lo más probable es que sea una alergia al alimento. A veces los problemas crónicos de salud como erupciones cutáneas o problemas estomacales se deben a una alergia a alimentos, pero esto es más difícil de comprobarlo. Muchas veces es necesario considerar otras razones.

    Si se sospecha una alergia a alimentos, es importante determinar cuáles son los alimentos que la causan. Esto puede ser difícil si la reacción alérgica ha ocurrido después de una comida que contiene varios ingredientes. Si su hijo tiene un problema crónico, como erupciones cutáneas o dolores estomacales, muchos alimentos en su dieta deberán ser contemplados como posibles responsables.

    Existen exámenes de sangre para saber si una persona tiene una alergia a alimentos. Otro tipo de examen es un pinchazo en la piel, llamado también prueba de rascado. En esta prueba, una pequeña cantidad del alimento se coloca en la piel a través de un pequeño raspado. Si existe la posibilidad de que su hijo sea alérgico al alimento a examinar, aparecerá una pequeña zona de urticaria en los primeros minutos después de arañar la piel. Si la prueba es negativa, esto quiere decir que no existe alergia al alimento. Sin embargo, las pruebas de sangre o de piel no son perfectas. A veces se obtiene un resultado positivo sin que la persona tenga problemas al comer un determinado alimento, y otras veces se obtiene un resultado negativo a pesar de que la persona tiene una verdadera alergia.

    Su pediatra podría referirlo a un alergista, quien tiene un entrenamiento especializado en diagnosticar y tratar las alergias a alimentos. El alergista podrá realizar otras pruebas para saber si la alergia a un alimento es la causante de los síntomas del niño. Si estos exámenes no demuestran con claridad la existencia de una alergia a alimentos, el especialista querrá presenciar el momento en que su hijo come para saber si el cuerpo del niño reacciona. Este tipo de examen médico se conoce como prueba de desafío.

    ¿Cómo se tratan las alergias a alimentos?

    La principal forma de tratar una alergia a alimentos es sencillamente evitar las comidas que las causan. Sin embargo es muy importante que sepa cómo tratar de inmediato los síntomas de su hijo si llegara a comer accidentalmente el alimento en cuestión. Es importante enseñarle al niño a protegerse y saber qué alimentos no debe comer. Enséñele también a darle aviso a un adulto cada vez que tenga un síntoma y, cuando tenga la edad apropiada, a saber usar los medicamentos de emergencia.

    Cómo evitar el alimento

    Aunque parece sencillo evitar las comidas a las que su hijo es alérgico, hay muchas cosas que deberá tener en cuenta. He aquí algunos ejemplos:

    • Alimentos que se compran en tiendas. Lea con cuidado las etiquetas de nutrición. Revíselas cada vez que compre un producto porque los ingredientes pueden variar. Las leyes en cuanto a etiquetas ahora exigen que se mencionen los principales alergenos, como huevos, leche, cacahuates, nueces, trigo, pescado, mariscos y soya. Sin embargo, usted debe verificar cuidadosamente esta información. A veces no se identifican los ingredientes en su totalidad. Palabras tales como "saborizantes naturales" o "especias" pueden usarse para incluir una amplia variedad de ingredientes. En tales casos deberá llamar al fabricante para saber con exactitud cuáles son los ingredientes.
    • Comida hecha en casa. Si en su casa se preparan algunos de los alimentos a los que su hijo es alérgico, tenga cuidado de no mezclarlos con la comida que el niño sí puede comer. Esto es un poco complicado. La comida que queda en un asador después de servir otra comida, puede llegar al plato del niño. Es posible que una cuchara que se usó para mezclar, se use después para servir la comida "segura" de su hijo. Éstos son ejemplos de contacto cruzado. Para evitar esto, asegúrese de usar utensilios, platos, ollas y bandejas limpias. Asimismo, evite guardar alimentos que el niño no puede comer junto con los que sí puede comer.
    • Comidas preparadas en restaurantes. Es muy importante que cuando salga a comer a un restaurante, planee las cosas con cuidado y se comunique claramente con quienes prepararán los alimentos. Hágale saber al personal del restaurante cuáles son las alergias de su hijo y hable con la persona que sabe con exactitud qué ingredientes lleva la comida y cómo se preparó la misma.

    Como en el caso de las comidas preparadas en casa, se debe evitar el contacto cruzado con cualquier alergeno. Por esta razón es recomendable que evite por completo ciertos tipos de restaurantes. Por ejemplo, los niños con alergias a mariscos deben evitar restaurantes donde se sirve comida de mar. Para quienes son alérgicos a cacahuates o almendras es difícil encontrar comidas "seguras" en las pastelerías, restaurantes asiáticos (donde las comidas se cocinan en sartenes especiales que no se limpian entre comidas) o heladerías. Las comidas tipo buffet tampoco son una elección recomendable ya que es probable que los distintos alimentos se mezclen entre sí.

    La Red de Alergias a Alimentos y Anafilaxis (www.foodallergy.org: 800/929-4040) es una organización que ayuda a las familias a aprender a vivir con las alergias. Esta organización cuenta con muchos recursos, tales como guías para escuelas, centros de cuidado infantil y campamentos, así como diversos materiales informativos acerca de cómo vivir con este tipo de alergias.

    Tratamientos de emergencia

    El medicamento principal para tratar reacciones alérgicas severas es la epinefrina. Esta medicina que se aplica mediante inyección, revierte los síntomas tales como hinchazón de la garganta y sibilancias, y ayuda a mejorar la circulación de la sangre. La epinefrina puede salvarle la vida a las personas que sufren de alergias severas a alimentos. Si su niño experimenta una reacción alérgica severa a cualquier alimento, acuda a una sala de emergencias o llame al 911. Es muy importante solicitar cuidado de emergencia en estos casos ya que los tratamientos adicionales y la evaluación por expertos es muy necesaria. Permanezca en la sala de emergencias al menos por cuatro horas a partir de que los síntomas desaparecen, ya que éstos podrían retornar.

    La epinefrina se encuentra disponible por prescripción en un vial de auto inyección. En caso de emergencia, los niños mayores deben saber cómo aplicársela a sí mismos. Pregunte al pediatra si su hijo puede usar el medicamento, y sepa cómo y cuándo emplearlo. Llévela consigo todo el tiempo y enséñele a otros su manejo. Es recomendable que los niños que sufren de alergias a alimentos con riesgo de muerte usen algún tipo de joya de identificación médica que advierta sobre su condición.

    Para reacciones menos severas, se pueden usar antihistamínicos que alivian síntomas como picazón y enrojecimiento de la piel. Si se presentan sibilancias, se pueden emplear medicinas contra el asma. Sin embargo la epinefrina es el medicamento que se debe usar para tratar reacciones severas.

    Alergias a alimentos en la escuela o los campamentos

    Cada vez que su hijo no esté cerca de usted, ya sea en la escuela, un centro de cuidado infantil o un campamento, debe existir un plan para evitar problemas con comidas, reconocer y tratar una reacción y lograr atención médica. Reúnase con el personal lo más pronto posible para delinear un plan de acción. He aquí algunos aspectos que debe tener en cuenta:

    • Información médica. Suministre a la escuela, centro de cuidado infantil o campamento la información médica por escrito así como las instrucciones del médico. Asegúrese que todo el personal que interactúa con su niño comprenda su alergia, reconozca los síntomas de una reacción y sepa qué hacer en caso de emergencia.
    • Medicamentos. Entregue a la escuela, centro de cuidado infantil o campamento las medicinas de su hijo. Asegúrese que el nombre del niño aparezca claramente escrito y que la medicina se guarde en un área sin llaves (o que su hijo la tenga a la mano, si se le permite). Solo el personal debidamente entrenado deberá ser designado para darle la medicina a su hijo.
    • Información de contacto. Suministre la información de contacto para casos de emergencia.
    • Reglas. Establezca la regla de que su hijo no comparta ningún tipo de alimento. No permita que el niño coma en el autobús escolar. Si va a salir en un paseo escolar, no olvide hacer los arreglos necesarios para que el niño lleve un almuerzo "seguro". No emplee alimentos como materiales para manualidades.
    • Tenga alternativas. Prepare meriendas adecuadas para ocasiones especiales.

    ¿Podrá mi hijo superar las alergias a alimentos?

    La buena noticia es que este tipo de alergias por lo general se superan durante la niñez temprana. Se estima que entre un 80% y un 90% de las alergias al huevo, leche, trigo y soya desaparecen para cuando el niño tiene cinco años de edad. Algunas alergias son más persistentes. Por ejemplo, uno de cada cinco niños pequeños superará una alergia a los cacahuates, mientras que muy pocos lo harán a las nueces y a los mariscos. Su pediatra o alergista realizará pruebas de seguimiento de las alergias del niño para saber si las está superando.

    Reacciones alérgicas severas

    La anafilaxis es una reacción alérgica seria. Aparece repentinamente y puede ser fatal. Incluye un rango muy amplio de síntomas que usualmente suceden con rapidez. Es probable que ocurra una combinación de síntomas. (Vea “¿Cuáles son los síntomas de una alergia a alimentos?”) Los síntomas más severos restringen la respiración y la circulación sanguínea.

    Este tipo de reacción es una emergencia médica y requiere de atención médica inmediata. La anafilaxis se trata con un medicamento llamado epinefrina, que se administra por medio de una inyección (Vea “Tratamientos de emergencia”).

    Si su hijo experimenta una reacción alérgica severa a cualquier alimento, inyéctele epinefrina, si ha sido prescrita por el médico, y acuda a una sala de emergencias o llame al 911 (o a su número de emergencia local).

    Después de un ataque anafiláctico su niño necesita ser visto por un médico. Es importante reconocer por qué ocurrió la reacción para evitar otra. En la mayoría de los casos, la única manera de prevenirla es evitar la causa. Sin embargo una evaluación por parte de su pediatra o especialista en alergias es importante para elaborar un plan de acción para su prevención y tratamiento.

    (Obtenga más información al respecto en el folleto Anafilaxis de la Academia Americana de Pediatría).

    Recuerde

    Las alergias a los alimentos pueden ser severas. Una vez que su hijo ha recibido el diagnóstico de una alergia de este tipo, es mejor evitar el alimento que la causa. Es también importante contar con un plan de acción ante la aparición de una reacción, así como instruir a quien se haga cargo de su hijo acerca de cómo ayudarle. Si tiene cualquier pregunta acerca de las alergias a alimentos de su hijo, converse con su pediatra o alergista.

    Los productos son mencionados solo para propósitos informativos y no implican un respaldo por la Academia Americana de Pediatría.

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